Discernimiento de los tiempos

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Friday, December 28, 2018

Rechazado hasta por Dios???



Los cinco niveles del rechazo en la vida del cristiano 

Lo siguiente que deseó compartir es mi testimonio, pero este testimonio es muy diferente a los usualmente oímos entre los círculos cristianos; ya que este no tiene mucho que ver con mi conversión o con un milagro. Es algo que he escrito en forma de enseñanza, ya que...  primeramente, soy maestro y me gusta enseñar la Palabra de Dios; pero sobretodo mi deseo es que todo aquel que se identifica con lo que voy a compartir, pueda ser edificado y ministrado por el Espíritu Santo.





  

Todo ser humano desde que tiene el uso de razón y conciencia anda en búsqueda de la aceptación. El querer ser aceptado por los demás es algo innato y natural en cada individuo, ya que todos formamos parte de una sociedad que representa familias, aldeas, pueblos, ciudades, y naciones. Irónicamente hoy en día a través del mundo se está promoviendo la aceptación de ciertos estilos de vida y preceptos inmorales que jamás serán aceptados por aquellos que todavía creemos en la palabra de Dios. Pero hay una diferencia entre aceptar las depravaciones morales de una sociedad que cada vez se aleja más de Dios, y aceptar al individuo como persona que necesita ser encaminado hacia lo correcto a través del amor de Dios. El hecho es que toda persona, ya sea creyente o no, siempre desea ser aceptada, valorada, y tomada en cuenta; especialmente por aquellos que tienen el liderazgo o la responsabilidad de influir sobre sus vidas de alguna manera; ya sean los padres, los hermanos mayores, los maestros,  los líderes gubernamentales, y sobretodo los líderes espirituales. Es más, la aceptación y la valoración de cada ser humano es parte del fruto del amor de Dios que debe de ser obvio y preeminente en las vidas de todos los son parte del pueblo de Dios llamado "la iglesia." Aquella iglesia amada del Señor la cual fue comprada a través del rechazo más injusto que jamás alguien ha experimentado en esta vida. De hecho, el ejemplo más claro de lo que es el rechazo lo podemos encontrar en  Isaías 53:3.
 "Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos."
Aunque el capítulo entero de Isaías 53 nos habla del rechazo que Jesús experimentó cuando vino a la tierra para rescatar a la humanidad del pecado y del poder de las tinieblas, no obstante el versículo 3 nos da una definición suficientemente clara de lo que significa la palabra "rechazo."
   Lo que es rechazo en sí quizás puede que tenga muchos puntos de vista, ángulos, proyecciones; o en otras palabras, opiniones personales. No obstante solo tomaremos dos o tres conclusiones claras sobre esta realidad emocional de la vida del ser humano. Por ejemplo: Hay quienes se sienten rechazados, aunque realmente no están siendo rechazados (según la opinión de los que supuestamente "no lo rechazan"). Por otro lado, hay quienes son rechazados pero no se sienten rechazados; lo cual puede ser debido a que la persona no percibe muy bien el rechazo, y esto puede ser a causa del tipo de temperamento o personalidad que esta persona rechazada tiene. Seguramente este tipo de persona jamás se molesta ni sufre a causa de ser rechazada (aunque no sabríamos sí pensar que alguien así es... afortunada o mensa). Casualmente, por esto mismo he mencionado que el rechazo puede tener muchas opiniones e interpretaciones. No obstante la realidad es que, hay quienes son rechazados y sin duda perciben las malas intenciones de su prójimo. Y por consiguiente hay quienes son rechazados debido a su mal carácter o personalidad, lo cual puede ser hasta justificable; mientras por otro lado, hay quienes rechazan a otros debido a sus propios sentimientos de rechazo. O sea, en esta situación del que rechaza a su prójimo, viene a ser como una reacción para tratar de aliviar un poco su propia condición de sentirse rechazado. Pero indudablemente podemos decir que en términos generales existen dos partes; o sea, están los que rechazan a su prójimo, y los que se sienten o son víctimas del rechazo. 
   El hecho es que en este mundo imperfecto, el rechazo es una realidad humana que tarde o temprano ataca a todo ser humano de alguna medida u otra. Ya sea como un simple sentimiento personal que a veces le acompleja un poco, o quizás como una realidad dura y evidente que arruina totalmente su vida y destino. Por eso la realidad es que nadie puede escaparse de ser rechazado por lo menos en algún instante de su vida. Seguramente algunos más que otros, pero todo ser humano ha sido o será rechazado en algún momento de su vida. Si Jesucristo mismo, siendo el único ser perfecto que ha caminado sobre la faz de esta tierra fue rechazado, quienes somos nosotros para pensar que nunca seremos rechazados. En otras palabras, es imposible no ser rechazado por alguien en algún momento o etapa de nuestras vidas; mejor dicho... nadie ha sido hecho de dulce o caramelo para siempre caerle bien a todo mundo. De hecho lo más importante de esta realidad es saber que hacer cuando el rechazo viene a nuestras vidas. Especialmente cuando el rechazo viene para tratar de dañar o destruir la vida de un hijo de Dios que ha sido lavado por la sangre del cordero y el Espíritu Santo habita en el. Ya que lamentablemente muchos que han abierto la puerta de su corazón a Jesús y han salido de las tinieblas de este mundo hacia su luz admirable, aún no han aprendido a lidiar correctamente con  aquel enemigo emocional llamado "el rechazo."
   Sabemos que después de recibir la salvación eternal por medio de la fe en Cristo Jesús,  necesitamos seguir viviendo en este mundo cruel y de obscuridad; puesto que no nos podemos ir ya que Dios desea usarnos para que brillemos en medio de las tinieblas, y así poder señalarles el camino a otros. Tenemos qué seguir en este mundo caído donde la humanidad entera es continuamente formada por medio de los sin sabores y circunstancias adversas que esta vida imperfecta les ofrece, y donde casualmente muchos son marcados y dañados en sus almas y espíritus a causa del rechazo. Esto lo podemos ver evidentemente a través del pecado de todo tipo que la sociedad moderna práctica; resultando en falta de identidad entre la gente adulta, y creando así una carencia de modelos ejemplares ante los jóvenes y adolescentes, los cuales andan en búsqueda de aquellos que puedan darles identidad. Sin lugar a dudas, muchos de los que terminan en prisiones o muertos a temprana edad, es debido a las consecuencias del rechazo en sus vidas.
   Si hiciéramos un análisis de la vida familiar y circunstancias interpersonales de la mayoría de los rechazados o rechazadores, pudiéramos trazarlo y retroceder hacia el tiempo de su adolescencia o niñez, e incluso podríamos trazarlo aún desde el vientre de sus madres; y aún peor, desde el momento de la concepción. Esto es debido a que muchas parejas durante el momento de intimidad, lo último que desean en sus corazones o mentes es traer al mundo a otro ser humano. Quizás inconscientemente muchos son rechazados por sus mismos progenitores aún antes de ser concebidos, y por eso vienen a este mundo casi predestinados a ser rechazados. Ahora bien, a Dios no le sorprende nada de esto, o mejor dicho...  nada lo  toma de improvisto; de hecho, por eso Isaías 53 habla proféticamente del cordero de Dios que sería rechazado por nosotros para que nosotros fuésemos aceptados. Si aprendemos sus caminos y conocemos sus preceptos y designios, bien comprenderemos lo que Dios nos quiere enseñar a través de su preciosa Palabra: 
"Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío Jacob, y tú, Jesurún, a quien yo escogí." (Isaías 44:2)
"Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones." (Jeremías 1:5)
 "...según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él," (Efesios 1:4)
   Dios nos ama entrañablemente y por eso no debemos pensar que el rechazo viene directamente de su parte. Aunque Dios nunca rechaza al pecador, bien es cierto siempre va a rechazar la práctica del pecado. Pero así como el pecado tiene solución, el rechazo también tiene la solución divina de parte de Dios. Por lo tanto veamos cuales son los cinco niveles del rechazo que puede ocurrir en la vida de cualquier hijo de Dios.
1. El rechazo del mundo (amistades del mundo).
2. El rechazo de la familia (ya sea familia inmediata o lejana).
3. El rechazo de los hermanos en Cristo (no siempre sucede, pero sucede).
4. El rechazo del ministro o líder espiritual (increíble, pero cierto y sucede).
5. El rechazo de Dios (más increíble, pero es un sentimiento momentáneo de abandono).                   

   1. Definitivamente seremos rechazados y descartados por las amistades que no entienden ni quieren tener nada que ver con aquellos que hemos sido transformados por Dios, y por causa del evangelio de Cristo. Por eso su palabra (en 1Juan 2:15-16) nos enseña que no debemos amar al mundo ni las cosas del mundo. Y que el que se hace amigo del mundo se hace enemigo de Dios.

"Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece." (Juan 15:18-19)
"Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece." (1Juan 3:13)

Yo personalmente se lo que es esto, ya que lo viví cuando recién me convertí. Se lo que es que las amistades se aparten de mi lado debido a mi entrega incondicional a Dios. Incluso los que "supuestamente" se convirtieron cuando les hablé de Cristo, pero que no querían buscar el nivel espiritual que yo buscaba; eventualmente aquellos también se apartaron de mi. 

2. El rechazo de la familia, ya sea familia inmediata o más lejana.

"Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa." (Mateo 10:35-36)
"Y se escandalizaban de él. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa. Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos." (Mateo 13:57-58)

Yo también se lo que es el rechazo de la familia porque lo viví personalmente. Pues cuando uno recién se convierte, inocentemente uno cree que la familia se va a alegrar junto con uno. Pero gracias a Dios pronto entendí que no era así de fácil. Tristemente mi familia cercana se hizo lejana, y la lejana se hicieron prácticamente desconocidos. Pero con paciencia y el tiempo pude entender aquello, sobretodo porque supe que es algo bíblico; por lo cual estuve orando por ellos por muchos años, hasta que Dios hizo la obra y la mayoría de mi familia cercana se convirtieron a Cristo. Pero aún sigo orando por la familia lejana. Gracias a Dios ahora tengo mi familia cercana que también oran por ellos.

3. El rechazo de los hermanos en Cristo.  

"Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros. Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne." (Galatas 5:15-16)

La carnalidad en la vida del creyente causa mucho mal tal como los celos y la enemistad. Este tipo de de rechazo lo experimente después de casi diez años de convertido y estar felizmente sirviendo al Señor. Creo que lo que sucedía era que yo quería ir a otro nivel espiritual más alto, pero los que estaban a mi par se oponían. Esto causaba celos y discusiones, y eventualmente fui acusado injustamente ante nuestros líderes espirituales. Pero pude superar esto, porque sabía que la situación era algo que también se encontraba en la Biblia. Creo que aprendí lo que vivió José cuando fue despreciado por sus hermanos a causa de los celos, o quizás como se sentía David al ser el menor de sus hermanos y el menos indicado para derrotar al gigante Goliat.

4. El rechazo del ministro, personas que han sido guías o mentores espirituales.
Lamentablemente no he encontrado basé bíblica para esto tipo de rechazo que no traiga juicio sobre el líder (pastor o apóstol); o sea, nada que justifique tal actitud de un ministro sobre alguna oveja e hijo de Dios. Pero también creí haber experimentado este tipo de rechazo, el cual es muy difícil de explicar o justificar con lo que enseña la Biblia. Ya que la misma nos da a entender que aquel pastor que hace daño a las ovejas es uno que obra maldad.

Por ejemplo: "Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de Israel a los pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros dispersasteis mis ovejas, y las espantasteis, y no las habéis cuidado. He aquí que yo castigo la maldad de vuestras obras, dice Jehová." (Jeremías 23:2)

Obviamente no deseó juzgar a ningún siervo de Dios que a sido mi líder espiritual aunque me hubiese tratado injustamente o con desigualdad, de tal manera que me halla hecho sentir menospreciado o rechazado por ellos. Ya que no creo que han sido sus malas intenciones tal como lo hacen los obradores de maldad; por lo tanto, a la única conclusión que he podido llegar es que yo nunca fui visto por ellos como una de sus ovejas o uno de sus hijos espirituales, sino como un siervo de Dios a la par de ellos. O sea, esta situación que he experimentado con otros siervos de Dios, lo cual al principio parecía ser un rechazo del ministro, en realidad ha sido otro rechazo de los hermanos en Cristo; pero esta vez a nivel ministerial. Prefiero creerlo así antes de juzgar a cualquier siervo de Dios que en algún momento de mi vida fue de inspiración y guía espiritual.

5. El rechazo de Dios mismo. 

El sentirse rechazado por Dios mismo es lo máximo en cuanto el rechazo se refiere. Es bien difícil de explicar ya que pareciera imposible. Especialmente cuando uno ha amado a Dios de todo corazón desde el momento que ha sido tocado y transformado por su Espíritu. Quizás ser rechazado por Dios puede ser considerado como normal en una persona que cree en un Dios bombero, o sea, en aquel que sólo lo necesitas cuando tienes problemas. Es quizás normal para el pecador que sabe que Dios no le agrada su pecado, y por lo tanto se siente rechazado ya que no desea cambiar su vida, y mucho menos arrepentirse de sus pecados. Pero cuando uno ha caminado en comunión con Dios durante la mayor parte de su vida, y llegas a tal punto de su vida que prácticamente te sientes rechazado por el Padre celestial, ahí es cuando el rechazo del hombre es nada en comparación al rechazo de Dios. Es más, el rechazo del hombre es muy entendible, ya que todos ellos son falibles e imperfectos; más Dios es perfecto, por eso es casi incomprensible pensar que Dios pueda rechazarte de alguna manera. 

El único ejemplo bíblico que puedo pensar en relación a esto es lo que experimentó Jesús en la cruz, cuando por un instante el Padre celestial le tiene que dar la espalda debido a que, Jesús como cordero inmolado, estaba cargando el pecado de toda la humanidad sobre su cuerpo. Puesto que la santidad divina del Padre celestial y la inmundicia del pecado no pueden tener comunión, el Padre celestial tuvo que hacer eso.

"Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" (Mateo 27:46)

Como experiencia personal puedo decir que, después de un año de la muerte de mi esposa, poco a poco he podido entender algo del propósito que Dios ha tenido con el hecho de llevarse a la persona que yo más he amado en este mundo; la que nunca me rechazo o menosprecio sino más bien todo lo contrario.  Ella siempre estuvo ahí para mi, dispuesta a ir a dónde Dios me dirigiera para cumplir su llamado divino. Aunque ella se sentía quizás poco dotada en el don ministerial, no obstante fue una pastora ejemplar para sus hijos, y aún para muchos familiares. Por eso creo que cuando Dios no respondió a mi petición de sanidad sobre ella, fue como un rechazo total al destino que nos habíamos determinado como pareja desde nuestra juventud. A pesar de las dificultades estábamos determinados en cumplir el llamado de Dios para nuestras vidas. Por lo tanto, aquello del "rechazo de Dios" fue como un momento en que sientes que Dios no ha aceptado tu petición de oración  y como si te hubiese dado la espalda, y de repente percibes como un vislumbre o pequeño momento de abandono y rechazo de parte de Dios. Especialmente en el momento en que veía como los ojos de mi esposa poco a poco se cerraban, y poco a poco perdía su respiración. Yo solo clamaba dentro de mi: "¡Por favor Señor, no te la lleves! Padre, por favor pasa de mi esta copa!" 

Pero tristemente tuve que beber de aquella copa amarga de sentirme abandonado y rechazado por Dios. Hasta ahora simplemente puedo concluir con algo que mi esposa muchas veces me decía: "Si no se ha dado, es porque no es la voluntad de Dios." Sobretodo lo dijo cuando en los últimos años pasábamos por las circunstancias más difíciles e inexplicables de nuestras vidas. Pues, aquella  expresión traía sosiego y paz a nuestras almas, ya que la misma se deriva de lo que la palabra de Dios dice en Romanos 8:28...  "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados."

¿Que más puedo decir?  Seguiré creyendo y declarando su palabra sobre mi vida.

"Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo." (Efesios 1:3-12) ¡Amén!
                                                                                                                     Henry A. Escobar