"Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley." (Romanos 13:7-8)
Los principios de Dios son justos y
sabios. Todo lo que su palabra establece debe ser considerado como el mejor
camino a tomar en cualquier área de nuestras vidas. Por lo contrario, ir en
contra de lo que Dios ha determinado ser lo correcto, es dirigirnos hacia un
abismo de aflicciones y tormentos. Y esto es precisamente lo que ha ocurrido en
el área de las finanzas alrededor del mundo; es decir, en el sentido global,
nacional, comunitario, e individualmente; y porque no decirlo..., en la vida de
muchos de los hijos de Dios. De hecho, el
mundo ha creado un sistema financiero para descartar los principios de Dios. Y
este es el sistema crediticio. El
sistema crediticio ha sido creado para sustituir la fe y la esperanza, y no
solo esto sino para minimizar o detener por completo la autodisciplina
financiera del individuo. Pero aun más lamentable, el sistema crediticio ha
sido creado para alimentar y saciar la codicia y envidia que habita en el
corazón del ser humano.
Por ejemplo, Estados Unidos, el país más prospero y "bendecido por Dios," ha sido atrapado en una deuda externa y déficit gracias a
este sistema crediticio. Pero lo peor del caso es que su dinero es
provisto por medio de la Reserva Federal en forma de préstamo con intereses
añadidos. Ya que aquel organismo financiero no es reserva, ni tampoco es
federal; más bien es un sistema bancario mundial controlado por una sociedad
secreta (*). El hecho es que Estados Unidos y su divisa nacional
(el dólar), la cual es utilizada para establecer el valor del resto de divisas
de los países, increíblemente está endeudado casi diecisiete trillones de
dólares. Pero lo que causa el desequilibrio y desastre financiero es el objetivo
central del sistema crediticio; esto es..., los intereses que se cobran. Pues
aquello en realidad produce una deuda adicional que continua multiplicándose a
través del tiempo, y de tal manera que difícilmente se llega a empezar a pagar
el principal de la deuda.
(*) Puedes encontrar más información sobre esto en mi blog.
(*) Puedes encontrar más información sobre esto en mi blog.
Entonces el plan del enemigo ha sido
comprometer las almas con un sistema económico que termina frustrando a todo
aquel que depende de él de alguna manera. Comienza satisfaciendo sus deseos
materiales pero con la mira en atrapar a la persona en un déficit interminable
para esclavizarlo y hacerlo dependiente del sistema. En fin, su objetivo final
es llevar a la humanidad entera a depender del sistema económico final el cual será
a nivel mundial por el mismo anticristo; es decir, la marca de la bestia, tal
como lo describe Apocalipsis 13:16-18...
“Y hacía que a todos, pequeños y
grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano
derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni
vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de
su nombre. Aquí
hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues
es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis."
A cualquier problema, solo Dios es la solucion amados hermanos. Si ustedes desean que muchos hermanos oren por ustedes, visiten este sitio de oracion http://orarporunhermano.tk Bendiciones hermanos.
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