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Hace 500 años ocurrió la reforma
protestante, la cual el mundo generalmente interpreta como la división del
cristianismo provocada por Martín Lutero. Pero si el mundo no indaga para saber
el porque sucedió lo que aún sigue vigente hasta el día de hoy, continuará
en el oscurantismo espiritual bajo el cual muchos han vivido desde el año 313
cuando el imperio romano se apoderó de la iglesia del Señor para hacer del
cristianismo otra religión más en un mundo confundido tanto espiritual como
moralmente. Lo cierto es que para Lutero y los otros reformadores, las verdades
bíblicas no eran otra religión más sino la única realidad espiritual y
absoluta; sin duda fue así para todos los que dieron sus vidas como supuestos
"herejes" durante años, tanto antes como después de que las famosas
95 tesis de Lutero fueron clavadas sobre la puerta de la catedral de
Wittenberg, Alemania.
Hoy en día la creencia de un "rapto
o arrebatamiento" de la iglesia antes de los siete años de la gran
tribulación apocalíptica es un concepto tan extraordinario que a causado la
división del “cuerpo de Cristo.” Y el incordio de muchos supuestos
"hermanos en Cristo" ha sido tal que aún se han tomado el denigrante
atrevimiento de calificar a los que creemos y enseñamos este tema profético
como “herejes y falsos profetas.” Gracias a Dios todavía existe la libertad de
expresión y religión por lo cual se puede hablar del tema sin sentirse
intimidado o amenazado de muerte. No obstante analizaremos las posibles razones
de tanta calumnia por creer en un rapto pre-tribulación.
Aquella oposición poco hermanable puede
ser debido a una de las siguientes tres razones, o quizás más de una.
Primeramente el "rapto" es un misterio profético tan extraordinario y
difícil de imaginar que causa incredulidad total a todo aquel que le cuesta
creer en lo sobrenatural de Dios. Segundo, lamentablemente aquellos que les
cuesta vivir una vida recta y agradable delante de Dios, tienen la mala
costumbre de juzgar a su prójimo de acuerdo a su propia condición; por lo cual
piensan que ninguno es digno de irse en un “rapto” para escapar del juicio
apocalíptico. Y tercero, hay quienes tienen un concepto tan alto del hombre y
distorsionado de Dios que piensan que eventualmente la humanidad va a reponerse y
Dios va a cambiar de parecer y ningún juicio va ocurrir; esta posición es la más
peligrosa porque es la forma en que el mundo va ser engañado por el anticristo.
Aunque una de las excusas más insólitas
por lo cual algunos dicen no creer en el "rapto o arrebatamiento" es
porque la palabra "rapto o arrebatamiento" como tal no aparece en la
Biblia. Pues a esto podemos decir, que tampoco aparecen las palabras
"trinidad" o "Biblia," pero la escencia y descripción de lo
que aquello es, si aparecen muchas veces. La clave fundamental es dejarnos
guiar por aquel que inspiró a los profetas y apóstoles a plasmar bajo su
dirección divina todas las hermosas verdades espirituales contenidas en los 39
libros que conforman la revelación bíblica, pues aquel guía es... el Espíritu
Santo. De aquel mismo habla Jesús en Juan 16:13, refiriéndose al Espíritu Santo
que habría de venir cuando el Señor regresará al cielo.
Indiscutiblemente el Espíritu Santo hace
la diferencia en lo que se entiende y se cree en cuanto a la palabra de
Dios. De hecho, los que no tienen una relación personal e íntima con el
Espíritu de Dios, van a tener una comprensión muy superficial y básica de las
cosas espirituales. Por eso muchos no han podido captar o interpretar
correctamente ni siquiera las parábolas de Jesús. Especialmente cuando varias
de ellas describen la veracidad del rapto de la novia del cordero, “la
iglesia.”. Irónicamente se puede concluir que el Espíritu Santo ha
provocado “la división de la iglesia,” cuando claramente según Efesios 4:3 el
Espíritu de Dios provoca es la unidad. Es muy cierto, puesto que se refiere una
unidad bajo sus términos, bajo la verdad. Es mas, a través de la historia
bíblica encontramos continuas divisiones: Caín y Abel, Abraham y su parentesco,
Israel dividido en dos reinos. Pero lo importante de tanta división que se
encuentra en la Biblia, es que cuando Dios estaba en el asunto, en realidad era
un tipo de seleccionar. Como una separación de trigo y cizaña, ovejas y cabras,
fieles e infieles; o mejor dicho, remanente escogido de dentro de los muchos
que han sido llamados, pero que no logran oír el sonido de la trompeta de Dios.
Según 1ra Tesalonicenses 4:16.
El hecho es que aquella verdad profética
que ha provocado la división que hoy día vemos en el cuerpo de Cristo, es en si
reseña de la condición espiritual de la “iglesia” de estos últimos tiempos. Y
además esta división también es en si, tipología de lo que pronto sucederá
cuando Cristo venga por su novia amada, "la iglesia;" es decir,
cuando efectivamente tome lugar el tan esperado “rapto o arrebatamiento,” y entonces
es cuando ocurre... "la división final de la iglesia." Dios mismo
habrá sacado un remanente de dentro del medio de un pueblo que por mera
tradición y costumbre se llamaban “creyentes.” Entonces vendrá más caos y más
confusión de la que hoy hay sobre la tierra. Seguramente será una gran sorpresa
para muchos “creyentes” pero que fueron insensibles a la voz del Espíritu
Santo.
Lo primero que deben hacer aquellos “creyentes”
que se hallan quedado en la gran tribulación, es buscar las siguientes citas
bíblicas para que se pongan al día de lo que ha ocurrido y va seguir ocurriendo.
Mateo 25:1-13, Juan 14:1-3, 1ra Corintios 15:50-57, 1ra Tesalonicenses 1:10,
4:13-18 y 5:1-11, 2da Pedro 3:1-18, y Apocalipsis 3:10. Si se indaga sobre aquellas
citas bíblicas en su orden cronológico, es obvio darse cuenta que el primero
que trae a colación este maravilloso tema de escapar del juicio venidero de una
forma sobrenatural, es el mismo Señor Jesucristo. A quien es toda la gloria
y toda la honra por los siglos de los siglos. Amen.
"El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por
tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno
perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento." (2da Pedro 3:9)